9238 - El genocidio de los armenios no es sólo un día de conmemoración
N. Lygeros
Traducción al español de Eduardo Lucena González y Olga Raptopoulou
El genocidio de los armenios no es sólo un día de conmemoración, sino una realidad también. El genocidio no existe únicamente el 24 de abril y no lo recordamos sólo en esta fecha. Es un crimen contra la Humanidad y, por lo tanto, no se puede borrar de nuestra memoria por mucho que quiera el régimen turco. No se nos olvida, además, porque Turquía no ha reconocido todavía dicho genocidio. No quiere aceptar que Kemal no era sino un Hitler más. Que Kemal es un genocida. Kemal, el genocida. Este es su nombre, y no otro, y mientras Turquía no lo acepte participará en el genocidio de la memoria. Los cimientos del estado kemalista son los huesos de los armenios y con su sangre cuajó el acero turco. En otras palabras, no existe una base turca limpia. Y aun reconociendo Turquía el genocidio de los armenios se desprende lo mismo. Por supuesto, esto no quiere decir que no haya una solución, ya que hay un esfuerzo por minimizar el papel de Kemal con los intentos de los neootomanos. Pero tampoco esto quiere decir que él no sea el continuador de un esfuerzo otomano de extinguir cualquier elemento no musulmán del Imperio Otomano. No olvidemos que los primeros informes oficiales sobre los problemas existentes se dan ya en 1878 en la Conferencia de Berlín por parte de la delegación armenia. Tampoco nos olvidamos, desde luego, de que las primeras matanzas masivas tienen lugar en 1894. Y consideramos que el genocidio armenio se inicia a partir de ese momento y no sólo desde 1915. Nosotros no confundimos los símbolos institucionales con la realidad histórica. Porque no nos lo permitimos. Y no podemos olvidar que el pueblo armenio es un pueblo cristiano, y que esta característica fue una de las justificaciones utilizadas para su genocidio. Kemal fue simplemente la culminación del horror y de la barbarie, pero ambos habían existido antes. Esta barbarie, por lo tanto, no es una de las innovaciones de Kemal, sino un precedente. Y no es casual, sino necesario, que la Operación Némesis golpeara a animales como Talaat Pasha. Y no es casual, sino necesario, que el tribunal de Berlín absolviera a Soghomon Tehlirian. Incluso la justicia institucional aceptó que una víctima puede ser transformada en un Justo por necesidad. Y eso lo hizo mucho antes de que el concepto de genocidio fuera reconocido o más bien inventado por Raphael Lemkin; lo que significa que la justicia institucional ya tenía desde entonces reconocida la barbarie del crimen contra la Humanidad. Porque esto es el genocidio de los armenios. Es la demostración en la práctica de la barbarie. Dicho de otra forma, el día de conmemoración es sólo un símbolo, mientras que la realidad nunca ha dejado de existir, ya que su existencia ni siquiera es reconocida por el régimen turco.