3441 - La evidencia del genocidio de los armenios y griegos
N. Lygeros
Traducción al español de Olga Raptopoulou
A través del trabajo de Enepekidi, tenemos acceso a los documentos de los archivos de Estado de Austria-Hungría. Tal evidencia del genocidio de los armenios y los griegos, nos permite destacar el núcleo común de la táctica de exterminación turca de poblaciones cristianas. Como víctimas a menudo tendemos a comparar nuestros dolores. Sin embargo, el enemigo común tenía sólo un objetivo, tal y como se destaca en los siguientes informes.
“El 26 de noviembre de este año (1916) me dijo Rafet Bey: “Al final con los griegos debemos terminar de una vez por todas, al igual que con los armenios”.
Informe del cónsul austríaco Amisus Kviatkovski.
“Veo que se acerca la hora para que Turquía termine ahora con los griegos, como en 1915 con los armenios”.
Informe del agente austriaco a quien habló el gran visir Talaat Bey el 31 de enero 1917.
“[…] las formaciones de los cuerpos de los rebeldes sirven como pretextos para que los turcos persigan en general a los griegos con la tendencia manifiesta a exterminar por completo a los griegos como enemigos del Estado, como han hecho antes con los armenios. […] Y todas las otras medidas, que se encontraban en la agenda diaria por la persecución de los armenios, ahora se repiten contra los griegos”
Informe del Ministro de Relaciones Exteriores de Austria a Berlín.
“Como he subrayado en repetidas ocasiones, considero que la deportación de los griegos de la costa del Ponto en el marco de la ejecución del programa de los Jóvenes Turcos que busca debilitar a los cristianos – como una catástrofe de gran resonancia- tendrá un impacto más fuerte en Europa que la brutalidad contra los armenios”.
Informe del Cónsul austríaco Amisou Kviatkovski.
En consecuencia, la lectura de estos documentos no deja ningún hueco a la mala interpretación de la correlación entre el genocidio de los armenios y el genocidio de los griegos. El culpable es el mismo y funciona bajo la misma táctica, obstinado. Manejó metódicamente de la misma manera y utilizó las mismas manipulaciones. Los dos genocidios no se correlacionan simplemente. Existe una interdependencia entre ellos. Las víctimas no están sólo en el mismo espacio. Ambas son cristianos. Estos dos puntos podrían ser condenables por ellos mismos. El problema de los armenios y los griegos es que tenían buenas relaciones entre ellos. Si a esto añadimos la esfera de influencia rusa, todo el sistema era una mezcla explosiva para Turquía. Históricamente el marco de alianzas está probado. El problema es que sirvió sólo como elemento de reprochar. Como no había movimientos concertados de las víctimas, la resistencia no fue efectiva. Esto no quiere decir que no se puede hacer ahora. El genocidio como un crimen contra la humanidad no se elimina y tampoco se prescribe. En consecuencia, podemos utilizar toda la información disponible, no sólo para condenar el régimen de comisión del delito, sino también lo que lo continúa a través de la memoria del genocidio. Pero en esta fase, la estrategia ya es necesaria para evitar los trucos diplomáticos.