En la primavera de 1668
mientras que los otomanos
habían ya obligado
los cañones
del Castillo del mar
al silencio
no respetaron
la Semana Santa
y el día
de la procesión
de la Santa Sangre
bombardearon
el estado
y así
dañaron
la Gran Iglesia
del San Francisco
y San Pedro
para que sepas
que la situación
era lamentable
en el Gran Castillo
y se necesitaba
el espíritu
de Candía
para que los nuestros
se resistieran.