22560 - Cuando la barbaridad de Daesh extrae órganos
N. Lygeros
Traducción al español de Olga Raptopoulou
Si todavía hay inocentes que no pueden ver lo extremo de la organización terrorista Daesh, pueden despabilarse tras su nueva decisión sobre la cosecha de órganos humanos tomando en consideración la opinión de la religión. Esto le permite tener ganancias por el contrabando de órganos que están extirpados por los llamados renegados, o sea sus enemigos que en esencia son los Cristianos, los Chiíes e incluso los Suníes que no siguen sus prácticas inhumanas. Cuando leemos en el informe que la vida y los órganos de un renegado no necesitan ser respetados y se quitan impunemente, entendemos perfectamente qué capacidades obtiene la organización terrorista, no sólo ejecutando a sus enemigos arbitrariamente sino también explotando descaradamente sus órganos humanos. Además, se escribe de manera clara que la extirpación de los órganos de los prisioneros ejecutados no se prohíbe. En resumidas palabras, hay la aprobación religiosa de esta barbaridad y ya no constituye un problema. Así que el contrabando de los órganos humanos fortalece con beneficios económicos la misma organización. Por supuesto, ¿quién es capaz de verlo todo en aquellos que promueven una imagen simple que todos los refugiados son víctimas de un sistema, mientras que sabemos muy bien que los terroristas aprovechan de las mismas rutas para llegar a Europa? ¿Cuál de los países que siguen manteniendo una actitud inaceptablemente neutral hacia estas barbaridades nos asegura que no ayuda de manera indirecta a esta organización terrorista? Quizás sea necesario demostrar que hay contrabando de órganos humanos para sentir la culpabilidad necesaria.