Mientras que Turquía, no resistiéndose a la organización terrorista Daesh y más aún, fortaleciéndola mediante armas y fondos del mercado ilegal petrolero, trata de convencernos de que nos ayudará en la cuestión de los emigrantes. En realidad, actúa como traficante y saca el máximo provecho de la situación, ya que los emigrantes la pagan para salir igual como hacen con la organización terrorista. Además el derribo de la aeronave ruso muestra la verdadera cara en cuanto a la guerra contra el terrorismo. Sin embargo, nos explica ahora que ayudará a la U.E en la cuestión de los refugiados a condición de que descongele la congelación del proceso de adhesión. Lo más increíble del asunto es que recibirá dinero para controlar el flujo, mientras que está entre los estados que lo promueven rigurosamente por intereses estatales. Además no debemos olvidar que Siria ha vivido cuatro siglos de turcocracia y fue liberada sólo en 1918. En consecuencia, Turquía no se considera amigable por los sirios. También en la región se encuentran los kurdos. Ésta cuestión es una de las más increíbles para la hipocresía turca. De hecho, debemos ser conscientes de que tenemos que ser muy prudentes porque hay unos europeos que miran sólo a sus intereses estatales y no ven lo que está sucediendo en una escala más grande. El objetivo de Turquía es invadir incluso la población europea y la cuestión de los refugiados le da una coartada para moverse en este contexto y sin intrigar a los más inocentes entre nosotros.