Muchos consideran que el genocidio es un concepto final sin darse cuenta de que esta idea es de los genocidas ya que ellos mismos hablan de una solución final. Mientras que en realidad la concepción de la palabra por parte de Lemkin es, en esencia, el primer estadio de la problemática de los Derechos de la Humanidad. Porque la obra de Lemkin no es terminal. Él no nos ha dado simplemente un algoritmo para reconocer un genocidio. Esto es un instrumento para el inicio y por lo tanto el reconocimiento es el primer paso en el proceso de reparación. Así que tenemos que imaginar que todo este proceso es el primer estadio de los Derechos de la Humanidad. Porque empezamos con lo que pasó y no hay que pasar de nuevo y seguimos con lo que hay que pasar para que no se repite el precedente. Así, nuestro tema es la continuación de la obra de Lemkin, dado que eso es lo que quería porque creía en la continuación, incluso después de la catástrofe sistemática. El genocidio entonces constituye un paradigma y no solamente un ejemplo para identificar el crimen contra la Humanidad, porque es a partir de eso que podemos desarrollar estrategias para la defensa de estos Derechos. De hecho contamos con una analogía que generaliza la pareja: crímenes-Derechos Humanos a la pareja: crímenes contra la Humanidad- Derechos de la Humanidad. Y la primera diferencia es el genocidio. No es suficiente no genocidiar para proteger a la Humanidad porque otro puede cometerlo. Por lo tanto los mandamientos necesitan a continuación consejos. Amar al prójimo es más resistente y constructivo. Así que el primer derecho de la Humanidad es amarla, de lo contrario encuentra a alguien capaz de hacerlo para ayudarle. Y Lemkin lo hizo.