Existen ideas estratégicas que derivan de la continuidad de la historia y aunque parezcan radicales para la mayoría, sólo son innovadoras, porque ofrecen nuevas perspectivas allí donde los analistas clásicos se encuentran en punto muerto. El Ponto, como territorio ocupado, es considerado por la mayoría, e incluso por los griegos, más como símbolo que una región. Asimismo, desde luego, enfocamos el tema de manera simplista y pasiva, ya que nos restringe tanto, en el sentido de que nos hace esperar todo de los demás, mientras que el Ponto como región existe y, por supuesto, de manera clara en el Tratado de Sèvres. Bajo este concepto, Ponto se relaciona directamente con Armenia y está incluido en Armenia Occidental, la cual sigue estando ocupada. Y ¿quién lo consideraría irracional liberar un territorio ocupado para incluirlo en un mayor? Sin embargo, dicha percepción no está preparada, porque es un acto clásico en la estrategia a través de los esquemas mentales matemáticos. Así que prácticamente, esta concepción se hace comprensible diciendo que el Helenismo del Ponto es armenio. En otras palabras, si nos damos cuenta de que los territorios ocupados se pueden liberar “institucionalmente” por la Armenidad, entonces todos nosotros entendemos que existe un marco aliado, que no es sólo una amistad, sino una relación de alianza. Por lo tanto Ponto, como territorio ocupado que se diferencia de los territorios ocupados de Chipre y de Tracia debido a la topoestrategia, pertenece al mismo contexto cronoestratégicamente. La libertad sigue siendo una victoria de la civilización contra la barbarie, sólo que esta civilización no es necesariamente equivalente a poner en práctica el acto de la liberalización; basta con ser isomorfa y esto mejora nuestro esquema mental inicial.