20965 - La resistencia de Malta
N. Lygeros
Traducción al español de Olga Raptopoulou
La resistencia de Malta de 1565 no es anecdótica, sino ejemplar, dado que se deriva de la alta estrategia de una isla muy pequeña, un hecho que demuestra que existe. Y la razón es simple. Antes del trabajo poliorcética de los Caballeros, no había realmente ningún punto natural de resistencia. Para comprender esta idea, es suficiente examinar el ejemplo de la isla Leros de Grecia durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la isla resistió 52 días al régimen Nazi, mientras Grecia aguantó 53 días en total. La explicación no se halla solamente en el coraje y la intrepidez de los nuestros luchadores, sino también en la estructura, la naturaleza de la isla entera que forma una fortaleza en sí misma. Además, vemos también el ejemplo del puerto que es uno de los puertos naturales más grandes de Europa. En Malta, por otro lado, no había tal cosa. Todo fue construido artificialmente, con el arte y la ciencia poliorcética, la cual exige conocimientos de la arquitectura de fortificación. Todo tendría que haber sido planeado desde el principio y fue el Gran Maestro de Rodas quien ordenó a comenzar. Y así continuaron los sucesores para estar listos en el Gran Asedio del imperio otomano que sufrió una de sus derrotas más grandes antes, por supuesto, de la derrota mortal para su armada marítima de 1571, en la leyendaria batalla naval de Lepanto. Por lo tanto, cuando escuchamos a los políticos actuales diciéndonos que no disponemos de los medios para producir el trabajo necesario, sabemos que ellos no tienen la más mínima idea del arte poliorcética, si no se callarían por fin y producirían este trabajo necesario que crea los medios deseados. Malta, a través de sus murallas, sus castillos, sus fortalezas, sus iglesias y sus campanas de agosto es una resistencia en sí misma y, en esencia, es una maldición hacia la barbarie, puesto que no debería haber existido. Jamás en la historia de Malta, sus ciudadanos habrían sido capaces de resistir los invasores y esta hazaña fue lograda gracias a los Caballeros que cambiaron todo, porque no sólo creían, sino que eran fieles y ayudaron a la ayuda. De este modo, el Cristianismo no perdió la batalla y ahora escuchamos por todos lados las campanas de la Virgen que nos recuerdan que la libertad no está regalada, sino que es conquistada por los esclavos y si ellos son servidores de la Humanidad, entonces lo imposible sucede, lo increíble se convierte en realidad y esta, en memoria, que honra a la Cristiandad que vence la barbaridad.