Algo importante que debemos entender en cuanto al uso de la zeolita en la agricultura es lo que ofrece en nuestra tierra y que como consecuencia de esta acción se mejora la producción. La importancia de esta observación se ve claramente cuando la tierra es ácida, ya que en este caso el 70 % del fertilizante añadido es inútil. Es la propia tierra que reacciona con él y no beneficia la planta más que un 30%. El uso de la zeolita funciona como ecualizador y neutraliza el pH de la tierra. Así, cuando añadimos el fertilizante en esta nueva tierra funciona 100% y tiene mejor eficiencia. De hecho ahorramos fertilizante. Además, durante este proceso ahorramos agua. Cuando llueve mucho la zeolita sostiene el fertilizante en el nivel de sistema radicular, un hecho que ayuda al desarrollo de la planta. Y esto es por la misma razón que los fertilizantes contienen zeolita en su estructura externa. Por eso no nos obligan si no existe la necesidad para utilizar zeolita en la agricultura. Cada producción que realmente respeta a las personas y el medio ambiente necesita zeolita. Gracias a la zeolita se limpia la tierra de metales pesados, toxinas y los radicales libres. Así, cada aplicación mejora nuestra tierra y ofrece un terreno fértil en nuestras plantas. En este contexto la zeolita actúa como una máquina de Wiener que gracias a su realimentación ajusta la tierra en un uso más eficiente.