16484 - El estatus jurídico del genocidio

N. Lygeros
Traducción al español de Olga Raptopoulou

Raphael Lemkin era un abogado, no un historiador. Su invención del concepto del genocidio es jurídica y no histórica. Genocidio es la caracterización de un crimen contra la Humanidad que se define por condiciones específicas, ya aceptadas por la Carta de las Naciones Unidas. Por lo tanto, no hay ningún problema ontológico y aquellos que lo subrayan, lo hacen por falta de conocimientos o a propósito, porque quieren difundir otros mensajes. En cualquier caso, el Derecho Internacional sabe exactamente lo que es un genocidio y no espera aclaración de nadie. No se trata de una cuestión de fondo histórico. Ni siquiera causa incertidumbre alguna. El concepto del genocidio está formulado de modo que permita el proceso de reparación, el cual empieza con el reconocimiento y, a continuación, con la penalización. Se trata, pues, de la ética de la sociedad que intenta cumplir con los derechos humanos hasta el establecimiento de los Derechos de la Humanidad. Así pues, nos encontramos naturalmente y racionalmente en un contexto jurídico. En consecuencia, depende de los diputados optar por la corrección política de un proyecto de ley de manera que se convierta, después, en ley estatal. Las discusiones sobre la historicidad en todo el proceso son simplemente fuera del contexto. El evento que está caracterizado por la palabra genocidio sí que es histórico, o sea pertenece a la historia y nadie lo duda. La cuestión es otra; es si este evento tiene las características de un genocidio. Sin embargo, en este caso también la respuesta es fácil, ya que conocemos las condiciones del concepto del genocidio a través de la obra jurídica de Lemkin. Pero ahora debemos preocuparnos por la penalización de la negación del reconocimiento de genocidios, aunque esto tampoco incumbe a los historiadores. Es, solamente, cuestión de dignidad de una sociedad cuando afirma que tiene carácter humano. La sociedad esa, que permite los insultos e incluso las dudas sobre la existencia de la victimas genocidiadas, no es humana. Una sociedad no puede esconderse detrás de las instituciones y tiene que tomar una posición decidiendo si está en favor de la barbaridad o de la Humanidad. Sólo esto es el dilema y nada más al respecto. No es cuestión histórica, sino decisión histórica.